

Historia, bioética e identidad profesional en la medicina contemporánea
El símbolo que representa a una profesión no es un mero ornamento gráfico; es una condensación visual de su identidad, valores y principios. En el caso de la medicina, existe una confusión extendida, incluso entre profesionales de la salud, sobre cuál es su verdadero emblema: ¿el bastón con una sola serpiente o el caduceo con dos serpientes y alas? Esta duda aparentemente inofensiva encierra un dilema más profundo que remite a la historia, la ética y el sentido mismo del acto médico (1–4).
Esta cuestión reapareció con fuerza durante un breve pero sustancioso intercambio entre colegas, donde se planteó con agudeza la necesidad de revisar críticamente los símbolos que utilizamos para representar nuestra identidad profesional. Aquel momento, sencillo en apariencia, abrió una puerta a una reflexión más profunda: ¿somos realmente conscientes del significado ético y cultural de los emblemas que adoptamos?
En ese mismo espíritu, el Colegio de Médicos del Estado Mérida ha reafirmado su compromiso simbólico y ético al incorporar de forma visible la imagen del Beato José Gregorio Hernández en su sede institucional. Este gesto va más allá de un homenaje: es una reivindicación de los valores fundacionales de la medicina hipocrática occidental, que pone en el centro al paciente, la dignidad humana y la compasión clínica (9–11).
El bastón de Esculapio —una vara sencilla con una sola serpiente enrollada— ha sido desde la antigüedad clásica el símbolo por excelencia de la medicina, vinculado a la figura del dios Asclepio, protector de la salud y la curación (2–3). En contraste, el caduceo de Hermes —con dos serpientes y alas— pertenece al ámbito del comercio, la elocuencia y la negociación, y fue adoptado erróneamente en el siglo XX como insignia médica por algunas instituciones, distorsionando su verdadero significado (1–4).
Este trabajo se propone explorar el trasfondo histórico y simbólico de ambos signos, pero sobre todo, abrir una reflexión desde la bioética sobre el tipo de medicina que encarnan: una centrada en la vida, la prudencia y el cuidado, o una regida por la eficiencia, la velocidad y la rentabilidad (6–8). En tiempos donde la medicina se debate entre el humanismo y la despersonalización, recuperar el símbolo correcto no es un simple acto estético o filológico, sino una afirmación ética de nuestra vocación de sanar (10–11).
El bastón de Esculapio: símbolo legítimo del arte de curar
Desde los albores de la civilización occidental, la medicina ha sido representada por el bastón de Esculapio, una vara de madera con una única serpiente enrollada. Este símbolo expresa una concepción de la medicina como arte prudente, atento a la fragilidad humana. El dios griego Asclepio, asociado a la curación, se convirtió en figura tutelar de esta visión (2,3).
La serpiente representa transformación, vigilancia y sabiduría; el bastón, el camino del médico. A diferencia del caduceo, el bastón de Esculapio no exhibe alas ni simetría: es terrestre, modesto, ético. El símbolo ha sido históricamente aceptado por instituciones como la Organización Mundial de la Salud (5).
En el contexto latinoamericano, este símbolo se resignifica al integrarse con figuras como la de José Gregorio Hernández, quien representa una medicina sabia, paciente y profundamente humana [9]. Recuperar este bastón no es una nostalgia estética, sino una necesidad ética ante los riesgos de deshumanización.
El caduceo de Hermes y la confusión simbólica moderna
El caduceo —vara alada con dos serpientes— pertenece al dios Hermes, mensajero y protector del comercio y los viajeros. Su uso como símbolo médico se remonta a un error institucional cometido por el Cuerpo Médico del Ejército de EE. UU. en 1902, que se difundió sin corrección (1-4).
Hermes no era deidad curativa; su emblema expresa transacción, no compasión. En ese sentido, el uso del caduceo en medicina proyecta una identidad errónea: una medicina veloz, técnica, desligada del cuidado humanizado (3).
Wilcox y Whitham advierten que esta confusión no es trivial, pues revela una pérdida de sentido simbólico y ético (3). Adoptar el caduceo implica —consciente o no— inclinarse hacia una medicina despersonalizada, donde el símbolo se convierte en reflejo del mercado más que del acto de curar.
Bioética, simbolismo y la figura de José Gregorio Hernández
La bioética moderna exige coherencia entre símbolos y acciones. La figura del Beato José Gregorio Hernández representa, en la memoria nacional, la síntesis de ciencia, espiritualidad, justicia social y vocación médica. Su vida encarnó los principios fundamentales de beneficencia, justicia, y respeto por la dignidad humana (6,7.11).
La elección del Colegio de Médicos del Estado Mérida de incorporar su imagen en la sede es una declaración institucional: reivindicar un modelo de médico vinculado al sufrimiento humano, no al interés económico ni a la eficiencia tecnocrática (9).
En tiempos de crisis sanitaria, inequidad y fragmentación del sistema, el Dr. José Gregorio Hernández representa un símbolo restaurador. Junto al bastón de Esculapio, su imagen afirma que la medicina debe seguir siendo arte, ciencia y servicio (10,11).
Conclusión
Los símbolos condensan visiones del mundo. En medicina, elegir entre el bastón de Esculapio y el caduceo de Hermes no es un asunto decorativo, sino una decisión ética. Mientras el primero remite al arte de sanar, el segundo a la lógica del intercambio.
Instituciones como el Colegio de Médicos del Estado Mérida, al integrar la figura de José Gregorio Hernández, han optado por una medicina fiel a su raíz hipocrática y latinoamericana, profundamente ética y socialmente comprometida (9,10).
Hoy más que nunca, reafirmar estos símbolos —el bastón, el rostro del médico santo— no es solo recordar el pasado, sino orientar el futuro. En ellos habita una medicina digna, sabia y humana. La medicina que aún podemos —y debemos— defender.
Referencias
- Hajar R. The symbol of medicine: From the snake entwined staff to the caduceus. Heart Views. 2011;12(3):128–130. doi:10.4103/1995-705X.95071.
- Friedlander WA. The Golden Wand of Medicine: A History of the Caduceus Symbol in Medicine. New York: Greenwood Press; 1992.
- Wilcox RA, Whitham EM. The symbol of modern medicine: Why one snake is more than two. Ann Intern Med. 2003;138(8):673–677. doi:10.7326/0003-4819-138-8-200304150-00024.
- Younge DR. The caduceus: the mistaken symbol of medicine. J R Soc Med. 1989;82(12):725–726. PMID: 2690413.
- Organización Mundial de la Salud (OMS). Emblema oficial [Internet]. Ginebra: OMS; [citado 2025 abr 30]. Disponible en: https://www.who.int/about/who-we-are/constitution
- Jonsen AR, Siegler M, Winslade WJ. Clinical Ethics: A Practical Approach to Ethical Decisions in Clinical Medicine. 8th ed. New York: McGraw-Hill Education; 2015.
- UNESCO. Universal Declaration on Bioethics and Human Rights. París: UNESCO; 2005. Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000146180
- Reich WT, editor. Encyclopedia of Bioethics. 3rd ed. New York: Macmillan Reference; 2004. Entrada: «Symbols and Professional Identity».
- Núñez Medina TJ. Entre el bastón de Esculapio y el rostro de José Gregorio Hernández: símbolo, ética y profesión médica [Internet]. Instituto Educardio; 2024 [citado 2025 may 5]. Disponible en: https://institutoeducardio.org/33664-2/
- Núñez Medina TJ. Entre la ciencia, la fe y la justicia social: una oración bioética por la salud cardiovascular en Venezuela [Internet]. Instituto Educardio; 2024 [citado 2025 may 5]. Disponible en: https://institutoeducardio.org/entre-la-ciencia-la-fe-y-la-justicia-social-una-oracion-bioetica-por-la-salud-cardiovascular-en-venezuela/
- Núñez Medina TJ. José Gregorio Hernández y la encrucijada del profesionalismo médico [Internet]. Instituto Educardio; 2024 [citado 2025 may 5]. Disponible en: https://institutoeducardio.org/jose-gregorio-hernandez-y-la-encrucijada-del-profesionalismo-medico/