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Abr 21, 2025 | Bioética Clínica

“El Papa Francisco frente a los dilemas bioéticos del siglo XXI: entre la brújula moral y la controversia pública”

En un mundo marcado por la exclusión estructural, la desigualdad persistente y la creciente deshumanización tecnológica, el pontificado del Papa Francisco se configuró como un escenario de respuesta ética a múltiples desafíos bioéticos contemporáneos. Su liderazgo no eludió las tensiones morales ni los dilemas institucionales, sino que propuso una ética relacional basada en la misericordia, el discernimiento y la centralidad de la dignidad humana. Lejos de ofrecer soluciones dogmáticas, articuló una visión que privilegió la realidad concreta sobre la idea abstracta, y la unidad por encima del conflicto. Su pensamiento, deliberadamente accesible, apeló a principios que hoy interpelan tanto a los espacios clínicos como a los ámbitos sociales y políticos. ¿Es posible sostener una bioética con rostro humano en medio de las polarizaciones del siglo XXI? El pontificado de Francisco abre una ruta posible, dejando como herencia preguntas que aún merecen ser escuchadas, discernidas y vividas.

“El Papa Francisco frente a los dilemas bioéticos del siglo XXI: entre la brújula moral y la controversia pública”

En un mundo marcado por la exclusión estructural, la desigualdad persistente y la creciente deshumanización tecnológica, el pontificado del Papa Francisco se configuró como un escenario de respuesta ética a múltiples desafíos bioéticos contemporáneos. Su liderazgo no eludió las tensiones morales ni los dilemas institucionales, sino que propuso una ética relacional basada en la misericordia, el discernimiento y la centralidad de la dignidad humana. Lejos de ofrecer soluciones dogmáticas, articuló una visión que privilegió la realidad concreta sobre la idea abstracta, y la unidad por encima del conflicto. Su pensamiento, deliberadamente accesible, apeló a principios que hoy interpelan tanto a los espacios clínicos como a los ámbitos sociales y políticos. ¿Es posible sostener una bioética con rostro humano en medio de las polarizaciones del siglo XXI? El pontificado de Francisco abre una ruta posible, dejando como herencia preguntas que aún merecen ser escuchadas, discernidas y vividas.

Introducción: Una voz que no se apaga

Hoy, con tristeza y  reverencia, despedimos al Papa Francisco. No solo parte un pontífice, sino una voz ética mundial, un faro espiritual que iluminó con sensibilidad y firmeza los rincones más oscuros de la humanidad contemporánea. Su partida marca el fin de una era, pero también el inicio de una siembra que seguirá dando fruto en los corazones y conciencias de quienes ejercen el arte de cuidar, discernir y sanar.

El liderazgo de Jorge Mario Bergoglio —profundamente analizado por Antoni Puigverd en La Vanguardia el día de hoy[1]— no fue una administración de poder, sino una mística del encuentro, de la misericordia y de la reconciliación. Un estilo de liderazgo que interpela de forma directa a la bioética clínica, porque su núcleo no es la teoría, sino la dignidad encarnada en cada vida, especialmente en aquellas que el sistema considera improductivas, frágiles o descartables.

Esta reflexión se suma a la publicada por nuestro equipo en Educardio [2]: “Fe, razón, religión y ciencia en el laboratorio de hemodinamia: una mirada desde la bioética clínica”. En ella afirmábamos que la praxis médica y la deliberación bioética no pueden desentenderse de la dimensión espiritual del ser humano. Hoy, al despedir al Papa Francisco, esa afirmación se convierte en misión.

El Papa Francisco como modelo de liderazgo bioético

Desde la periferia del mundo y del pensamiento, Francisco construyó una teología social y pastoral con impacto global, pero con raíces clínicas: su atención constante a los ancianos, migrantes, pacientes terminales, personas con discapacidad, embriones no nacidos y moribundos lo convierte en una figura de referencia para cualquier deliberación bioética.

Frente al paradigma tecnocrático, Francisco colocó la misericordia como principio operativo, no como indulgencia emotiva, sino como criterio racional de humanidad. Su forma de liderazgo es una ética en acción: lavó pies de presos, visitó a migrantes, abrazó a enfermos de lepra, denunció el descarte sistemático de vidas no rentables.

Pensar desde la realidad, no desde la abstracción

Francisco insistió en que la realidad es superior a la idea[3]. En el ámbito clínico, esto se traduce en una bioética no dogmática ni reduccionista, que se niega a resolver dilemas complejos con algoritmos impersonales. La deliberación debe ser compasiva, prudente, interdisciplinaria y centrada en el paciente como persona.

La reconciliación como horizonte clínico

Francisco propuso una síntesis no violenta ante los conflictos morales. Su liderazgo no buscó el triunfo de una parte, sino el encuentro que dignifica. En el hospital, esta visión se traduce en equipos capaces de dialogar con respeto, reconocer la fe y la historia personal, y actuar desde el discernimiento colectivo.

Diversidad sexual y pastoral del cuidado

Francisco no cambió la doctrina, pero transformó el enfoque pastoral. Su frase “¿Quién soy yo para juzgar?”[4] marcó un giro hacia una ética del encuentro. En Amoris Laetitia, señaló que toda persona debe ser respetada en su dignidad y acogida sin discriminación[5]. Esta actitud responde al principio bioético de no exclusión y acogida de la vulnerabilidad.

Principios bioéticos universales en su acción pastoral

Una teología encarnada: la misericordia como forma de verdad

Francisco, según Puigverd[1], articuló su pensamiento en tres binomios: la unidad es superior al conflicto, la realidad es superior a la idea, el todo es superior a la parte. Siguiendo a Hans Urs von Balthasar, afirmó que solo el amor es digno de fe, y que en tiempos de nihilismo, la misericordia es la manifestación más creíble de la verdad. En el campo clínico, esto se traduce en una bioética centrada en la relación, el cuidado y la dignidad, no en la frialdad normativa.

Conclusión: Una brújula ética para la bioética clínica del siglo XXI

Francisco no deja solo un pontificado, deja una herencia moral para la clínica del siglo XXI. Su visión integradora, su compromiso con los descartados, su humildad intelectual y su firmeza ética hacen de él un referente ineludible para todos los que, en el terreno de la salud, luchan día a día por cuidar con ciencia, conciencia y corazón.

Hoy no solo muere un Papa. Hoy nace una responsabilidad: la de mantener viva su voz en cada deliberación clínica donde esté en juego la dignidad de una vida humana.

Referencias

  1. Puigverd A. Francisco, un pontificado de reconciliación. La Vanguardia [Internet]. 2025 Abr 21 [citado 2025 Abr 21]. Disponible en: https://www.lavanguardia.com
  2. Núñez Medina TJ. Fe, razón, religión y ciencia en el laboratorio de hemodinamia: una mirada desde la bioética clínica. Instituto Educardio; 2025. Disponible en: https://institutoeducardio.org
  3. Evangelii Gaudium. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana; 2013.
  4. Entrevista en vuelo de regreso JMJ Río de Janeiro. 28 de julio de 2013.
  5. Amoris Laetitia. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana; 2016.
  6. Evangelii Gaudium. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana; 2013. (n. 47)
  7. Fratelli Tutti. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana; 2020.
  8. Entrevista a Associated Press. Enero 2023. Disponible en: https://www.vaticannews.va/es